Vol. 7, Núm. 1 (2017): Marzo 2017
Resumen:
Introducción: La fístula de la línea de grapado es la complicación más temida de la gastroplastia vertical (GV). Existen técnicas mínimamente invasivas para su tratamiento aunque suele requerir cirugía. Material y métodos: Paciente intervenida mediante GV que presentó fístula persistente y tras diversas estrategias terapéuticas, requirió conversión a bypass gástrico (BPG) Resultados: Mujer 25 años (IMC 47).Un mes tras GV presenta fístula en unión esofagogástrica. Tras dos reintervenciones para drenar colecciones y colocación de prótesis esofágica es posible la reintroducción de dieta y alta hospitalaria. En control ambulatorio el transito evidencia persistencia de fístula Se intentan tratamientos endoscópicos; Pegamentos, clip OVESCO, cierres percutáneos… pero presenta fiebre y estudios de imagen confirman persistencia de la fístula. Se coloca nueva endoprótesis que fracasa. Se plantea cirugía de conversión a BPG con gastrectomía parcial de cuerpo y plastia yeyunal de cobertura de la sutura de la fístula. La evolución fue favorable, actualmente asintomática, buena calidad de vida y peso de 80 kg. Conclusiones: El manejo se basa en la sospecha diagnóstica. Técnicas mínimamente pueden ser válidas como tratamiento precoz, pero una fístula refractaria estable necesitará normalmente tratamiento quirúrgico reconstructivo que disminuya la presión intragástica. En este caso la conversión a BPG resultó efectiva.
Palabras Clave:
Gastroplastia vertical. Complicación postoperatoria. Fístula persistente
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