J.Santos Torres, I. Galindo, P. Moya
Resumen:
Resumen: La obesidad mórbida (OM) es una enfermedad frecuente, que padece una parte importante de la población española, con una incidencia de un 14,3%. La gastrectomía vertical laparoscópica (GVL) aislada se comienza a realizar en el año 2000 como procedimiento bariátrico, entre otras técnicas quirúrgicas. Su principal complicación es la fuga por la línea de grapas con una incidencia del 5-6%. El tubo gástrico se calibra habitualmente introduciendo una sonda de Fouchet, comprobándose la estanqueidad con azul de metileno. Presentamos el caso de un varón de 46 años, con un IMC-37 y múltiples comorbilidades al cual se realizó una GVL, utilizando un colonoscopio de 13mm para su calibración. Tras comprobación endoscópica de estanqueidad con azul de metileno, no se detectó fuga. Posteriormente, se realizó una segunda comprobación con aire apreciando una microfuga que de no haber sido doblemente comprobada, habría pasado desapercibida. El paciente evolucionó satisfactoriamente, y fue dado de alta al 4º día postoperatorio sin complicaciones. Palabras Clave: Gastrectomía vertical; Tubo gástrico; Calibración con endoscopio; Detección de fugas
Palabras Clave:
Gastrectomía vertical; Tubo gástrico; Calibración con endoscopio; Detección de fugas
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