Mil Gastrectomías Verticales Laparoscópicas.  Morbimortalidad mediata y resultados a mediano plazo.

Ezequiel Fernández*, P. Cal*, J.P. Mendoza*, A. Caeiro, P. De Rosa, M. Prieto, L. De Luca, A. González,  T. Taiariol
Centro de Rehabilitación Quirúrgica de la Obesidad. Buenos Aires, Argentina.
Recibido 2011.06.20, Aceptado 2011.07.28

Resumen: Objetivo: Evaluar los resultados de la Gastrectomía Vertical Laparoscópica (GVL) a mediano plazo. Material y Métodos: Evaluación retrospectiva de datos recolectados de manera prospectiva de las primeras 1000 gastrectomías en manga realizadas por laparoscopía. Se evaluó morbimortalidad, porcentaje de sobrepeso perdido (PSP) a 6 meses, 1, 2 y 3 años y efecto sobre las comorbilidades. Resultados: La edad media fue 42,29 años (16-69); 83,3% fueron mujeres; el IMC  promedio 46,51. Ocho correspondieron a cirugía de revisión de banda gástrica. Las complicaciones mayores (2,2%)incluyeron: 8 fístulas gástricas (0,8%), 6 hematomas intra abdominales (0,6%), 4 colecciones intra peritoneales (0,4%) y 4 hemorragias digestivas. La mortalidad fue 0,2%. Descenso de peso: PSP 6 meses 58,40%; PSP1 año 66,1; PSP2 años 63,84; PSP 3 años 60,66. Estratificados por IMC (grupo 1 < 45, grupo 2  45-55, grupo 3 > 55), el PSP fue respectivamente de 64,6; 54,1 y 46,4 a 6 meses, 71,9; 61,7 y 51,7 al año y 66,5; 60,2 y 51,1 a 2 años (p<0,001). La remisión de comorbilidades fue: DMT2 71,2%, hipertensión 59,3%, insulinorresistencia 96,6%, hipercolesterolemia 60,2%, hipertrigliceridemia 82,9%. Conclusión: La gastrectomía en manga laparoscópica es un procedimiento de baja morbimortalidad y sus resultados en resolución de comorbilidades y de descenso de peso a mediano plazo son satisfactorios, obteniéndose un mejor descenso en pacientes con IMC< 45.

Palabras clave: Gastrectomía Vertical, Manga Gástrica, Tubo gástrico. Cirugía bariátrica laparoscópica

Ezequiel Fernández
Centro de Obesidad. Buenos Aíres; Argentina

Introducción:
La obesidad se ha transformado en una pandemia en el siglo XX, y la terapia dietética y medicamentosa ha demostrado ser inefectivo para su tratamiento [1].En 1954, hizo irrupción en el arsenal de los tratamientos quirúrgicos la primera operación destinada al tratamiento de la obesidad, la derivación ileo-yeyunal [2]. En la década del ’60 y ’70, demostró reducción permanente del peso y se transformó en la técnica quirúrgica más utilizada. Las complicaciones metabólicas tardías provocaron que cayera en desuso y se emprendió la búsqueda de otros procedimientos. Con un concepto similar nació la derivación biliopancreática [3] con su adaptación más moderna, la derivación con Cruce duodenal [4]. Previo a esto, Mason describió en 1967 la derivación gástrica en Y-de-Roux [5] que luego sería realizada por laparoscopía por Wittgrove [6] en 1993, transformándose en el “patrón oro” de la actualidad. La gastroplastia vertical con banda7 y la banda gástrica ajustable8 son otras de las cirugías modernas comúnmente realizadas.
La falta de una cirugía que combine baja morbimortalidad, buenos y duraderos resultados en el descenso de peso, resolución de comorbilidades y ausencia de complicaciones metabólicas a largo plazo ha llevado a la búsqueda de nuevos procedimientos. Entre ellos, la GVL9 surgió como una alternativa de bajo riesgo para una cirugía en 2 tiempos (como paso inicial del Cruce duodenal) que se está instalando en la actualidad como tratamiento bariátrico definitivo10.
Se presenta una serie con las primera 1000 GVL con el objetivo de demostrar su morbimortalidad y resultado de descenso de peso a mediano plazo.

Material y Métodos:
Entre agosto de 2007 y febrero de 2011 se realizaron en forma consecutiva 1000 GVL en el Servicio e Cirugía General del Hospital Churruca y en el Centro de Rehabilitación Quirúrgica de la Obesidad, que fueron evaluadas en forma retrospectiva con datos recolectados de manera prospectiva.
Se utilizó una técnica laparoscópica estándar de 5 puertos (figura 1), con 4 trocares de 12mm y 1 de 5mm.
Fig. 1. Colocación de trocares   Fig. 2. Inicio de sección del estómago
Se inició la cirugía con la esqueletización de la curvatura mayor gástrica desde 4-6 cm del píloro, por dentro de la arteria gastroepiploica izquierda utilizando bisturí armónico (UltracisionTM). La esqueletización se continuó hasta el ángulo de His, disecando cuidadosamente el pilar izquierdo del diafragma y el saco de la hernia hiatal si lo hubiera. Luego se resecó la almohadilla gástrica que cubre el ángulo de His. Tras liberar las adherencias de la cara posterior del estómago, se inició la sección gástrica (Figura 2) con sutura mecánica lineal cortante (EchelonEndopathTM EC45 o EC60), en forma sistemática con recarga azul (3,5 mm). Dependiendo del grosor estimado de la pared del estómago los dos primeros disparos fueron con recarga dorada (3,8  mm) o verde (4,1 mm). Al tercer disparo se progresó una sonda calibradora de 32 o 36 Fr y se continuó la sección con recarga azul, hasta la cercanía de la unión esófago gástrica (Figura 3). Por último, se reforzó la línea de sección con una sutura corrida de Polipropileno 2-0 (Figura 4). Se ubicó en forma sistemática un drenaje Jackson-Pratt (Figura 5)recorriendo la curvatura gástrica, que se retiró al 9°-10° día.
Fig. 3. Final de sección del estómago Fig. 4. Refuerzo de la sutura
Fig. 5. Colocación del drenaje
Todos los pacientes debieron reducir su peso inicial en 8-12% durante la preparación pre quirúrgica, al ser sometidos una dieta líquida hipocalórica (hipograsa e hiperproteica) de 14 días previa al procedimiento. Luego de la cirugía se aumentó la consistencia de la dieta en forma progresiva llegando a una alimentación general en 2-3 meses.
Se evaluaron la morbimortalidad peri operatoria y el descenso de peso a los 6 meses y 1, 2 y 3 años medidos en PSP. Se consideró peso ideal a aquel que corresponde a IMC = 25.
Se utilizó para el análisis estadístico el software PAWS Statistics 18, aplicando el test de la t para muestras independientes para los datos paramétricos evaluados.

Resultados:

Las mujeres representaron el 83,3% de la serie y los hombres el 16,7%. La edad media fue 42,29 años (16-69), y el IMC de 46,51 (30,84-74,67; DS=6,57) (Tabla I). Ocho cirugías correspondieron a revisiones de bandas gástricas ajustables (6) o fijas (2) y 992 a procedimientos primarios.
Tabla I. Distribución demográfica y antropométrica

Entre las comorbilidades contamos con 101 diabéticos tipo 2 (3 insulinodependientes), 236 presentaban dislipidemia (hiper-colesterolemia o hipertrigliceridemia), 230 hipertensos y 60 con insulinorresistencia.
De los 1000 procedimientos, 997 se completaron por vía laparoscópica. Las conversiones se debieron a adherencias, en una revisión de banda fija y en dos procedimientos primarios con cirugías previas.

Tabla II. Morbilidad
Complicación     n     %
Fístulas                                                 8     0,8
Hematomas intraabdominales               6     0,6
Colecciones intraperitoneales                4     0,4
Hemorragias digestivas altas                 4     0,4
       
TOTAL                                                 22     2,2
Complicación     n     %
Fístulas     8     0,8

La morbilidad mayor fue de 2,2% (Tabla II). se registraron 8 filtraciones de la línea de sutura (0,8%), 6 hematomas intra abdominales (0,6%), 4 abscesos intra peritoneales sin evidencia de filtraciones (0,4%) y 4 hemorragias digestivas altas (0,4%). El índice de re operaciones fue de 0,3%: 2 pacientes con abscesos intra abdominales y 1 con hematoma fueron laparotomizados. El índice total de re intervenciones fue 0,9 %(2 abscesos, 3 hematomas y 2 fístulas requirieron drenajes percutáneos sumadas a las 3 re operaciones). El tratamiento de las fístulas fue siempre ambulatorio y con dieta por vía oral. Seis de ellas se resolvieron dejando en posición el drenaje original y 2 requirieron colocación de drenaje por vía percutánea para la resolución de colecciones intermedias.
La mortalidad fue de 0,2%. Ambos pacientes correspondieron a revisiones de bandas fijas. Un paciente falleció al 25° día postoperatorio de un infarto agudo de miocardio. La segunda paciente murió al 32° día postoperatorio por un cuadro séptico secundario a un absceso intraabdominal que fue re operado al 9° día de la cirugía.
El descenso de peso, medido en PSP fue a los 6 meses 58,40% (5,1-109,56; DS=16,44);al año 66,1% (13,64-115,15; DS= 18,54); a los 2 años 63,84 (12,41-104,95; DS=20,16); y a los3 años de la operación 60,66% (36,41-94,34; DS=16,36)(Tabla 3, Gráfico 1)
Tabla III. Descenso de Peso
% EPP     Media     Rango     DS     n    
6 meses     58,40    5,1 - 109,56    16,44    524
1 año     66,1    13,64 - 115,15    18,54    331
2 años     63,84    12,41 - 104,95    20,16    115
3 años     60,66    36,41 - 94,34    16,36    58
Gráfico 1. Descenso de peso
 Se estratificaron los pacientes según su IMC:  grupo 1 < 45, grupo 2  45-55, grupo 3 > 55. El PSP a los 6 meses fue 64,6% en el grupo 1; 54,1% en el grupo 2 y 46,4% en el grupo3. Al año 71,9% en el grupo 1; 61,7% en el grupo 2 y 51,7% en el grupo 3. A los 2 años fue 66,5%; 60,2% y 51,1% respectivamente. Hubo diferencia estadística  (p<0,001) entre los grupos (Tabla IV, Gráficos 2-4)
Tabla IV. Descenso de peso estratificado

% EPP     ≤ 45 kg/m2     45-55 kg/m2     ≥ 55 kg/m2     p
6 meses     64,6    54,1    46,4    < 0,01
1 año     71,9    61,7    51,7    < 0,01
2 años     66,5    60,2    51,1    < 0,01

Gráfico 2. Descenso de peso estratificado 6 meses
 
Gráfico 3. Descenso de peso estratificado 1 año

Gráfico 4. Descenso de peso estratificado 2 años
 
En cuanto a la resolución de comorbilidades (medidas a partir de los 6 meses de la cirugía), obtuvimos en diabéticos 71,2% de remisión y 18,7% de mejoría; en hipertensión arterial 59,3% de pacientes normotensos sin medicación y 33,3% con mejoría; en dislipidemias mejoraron el 24,5% y 15,7% y normalizaron sus laboratorios el 60,2% y 82,9% (hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia respectivamente) de los operados. En insulinorresistencia la remisión llegó al 96,6%. (Tabla V)
Tabla V. Resolución de comorbilidades
                        DBT     Insulinrresist.     HTA     H.Colesterol.     H.Triglicerid.
Resolución     71,2 %     96,6 %   59,3 %     60,2 %     82,9 %
Mejoría          18,7%     3,4 %     33,3 %      24,5 %     15,7 %
Sin Cambios  10,1         7,4%     15,3%       1,4 %
Discusión
Desde su publicación como parte de una cirugía en dos tiempos (GVL previa a la derivación pancreática con Cruce duodenal) [9], se han realizado múltiples reportes de series utilizándola como cirugía primaria, e incluso como cirugía de revisión de pacientes con banda gástrica [11-13].
Ha sido descripta generalmente como una cirugía de baja morbilidad. Las filtraciones de la línea de sutura, la complicación más temida de esta operación, oscilan entre 0 y 20% dependiendo de las series [14-17]. En nuestro caso, encontramos 0,8 %. A pesar de que Bellanger [17] describe más de 500 casos sin fístulas sin reforzar la sutura mecánica, nos hemos encontrado con fallas de la línea de grapas y con sangrados en napa persistentes del borde de sutura. Es por ello que preferimos reforzarla con  una sutura continua de polipropileno. Aunque algunos autores, como Albanopoulos [18], proponen que la utilización sistemática de drenajes no disminuye el índice de re operaciones ni facilita la detección de fístulas, nuestra experiencia ha sido diferente. El 75% de las fístulas que hallamos fueron manejadas en forma exclusiva manteniendo el drenaje en posición por 30 días para retirarlo luego, al estar la filtración ya dirigida. Se hallaron fístulas entre el 4° y el 9° día postoperatorio, por lo que preferimos retirarlo luego del 9° o 10° día.
Los hematomas intraabdominales son fáciles de explicar por la amplia sección de las arterias que se realiza sobre la curvatura mayor gástrica. Las hemorragias digestivas altas fueron auto limitadas y no requirieron intervención alguna. Sólo 1 de los 4 pacientes necesitó de una transfusión.
La mortalidad estuvo a la par de otras publicaciones [19], que oscila entre el 0 y 2%. Curiosamente nuestras dos muertes correspondieron a revisiones de bandas fijas. Ambos eran pacientes con IMC > 60, portadores de síndrome metabólico y con antecedentes cardiovasculares.
El descenso de peso que se registró en este trabajo es similar al de otras series ya publicadas. En su revisión de la literatura, Brethauer20 describió un descenso de peso de 33% a 85%.  Hemos hallado alguna diferencia respecto de la re ganancia de peso (que fue significativa hacia los 3 años en nuestra serie) con respecto a otros trabajos. D'Hondt [21] encontró un 55,9% de PSP a los 6 años, aunque el IMC promedio de su serie era inferior al de la presentada (39.3 vs 46,51). En 529 casos presentados por Bellanger [22], con un IMC promedio similar al nuestro, se observa una meseta del peso entre el año y los 3años, sin re ganancia significativa. Himpens [19] halló estabilidad del peso a los tres años pero con aumento del mismo hacia los seis años, pero manteniéndose el promedio por encima de 50% de PSP.
Es interesante observar la diferencia significativa que existe en descenso de peso para los pacientes de menor IMC comparando con aquellos > 55. Se halló que el descenso de peso en pacientes con IMC < 50 es significativamente inferior al encontrado  el derivación gástrica en nuestros pacientes a 1 y 2 años. Esto nos ha hecho indicar en forma sistemática las cirugías derivativas a pacientes con IMC entre 50 y 60. Nuestro equipo de trabajo sigue realizando gastrectomía en pacientes con IMC > 60 con la alternativa eventual de una derivación gástrica o Cruce duodenal en un segundo tiempo si el descenso de peso resulta insuficiente.
Si bien los resultados que se presentan en esta serie son satisfactorios a tres años, es real que sólo el 5,8% de nuestros pacientes (58) llevaban 3 años de operados al momento de redactar este trabajo. También es verdad que corresponden el inicio de nuestra serie, donde si bien se utilizaba sonda de calibración de 32-36 Fr no ceñía la sutura en torno a la misma como se hace en la actualidad, donde se observa en las seriadas gastroduodenales postoperatorias una diferencia importante en el tamaño del estómago con respecto a la experiencia inicial. Si bien no existe evidencia concluyente, muchos han asociado una gastrectomía utilizando sondas más pequeñas a un mayor descenso de peso. Parikh y Gagner [23] compararon 2 grupos con distinto calibre de sonda calibradora sin encontrar diferencias en el descenso de peso, pero ambas sondas utilizadas (60 y 40 Fr) serían consideradas hoy en día demasiado gruesas. Por otra parte, Weiner24 encontró un mejor descenso de peso a los dos años con calibración con sondas más pequeñas.
Con respecto a las comorbilidades, los pacientes estudiados presentaron un excelente resultado en la resolución de la diabetes, hipertensión, dislipidemias y resistencia a la insulina. Cabe aclarar que la presencia de comorbilidades graves (diabetes de más de 3 años de evolución, hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia severa) constituye en nuestro algoritmo indicación para realizar una cirugía derivativa (derivación gástrica en Y-de-Roux o derivación bilio-pancreática). Sin embargo, ha sido estudiado el efecto metabólico que presenta la GVL [26] diferenciándola de otras cirugías restrictivas (banda gástrica o gastroplastia vertical con banda). Las mediciones de secreción de incretinas estudiadas para este procedimiento parecen ser similares a las de las cirugías derivativas, lo que explicaría en parte estos resultados.

Conclusiones
La GVL o manga gástrica es una cirugía de baja morbimortalidad y con buenos resultados de descenso de peso y resolución de comorbilidades. Los pacientes con IMC < 45 parecen ser los más favorecidos en descenso de peso.  La debilidad de este trabajo reside en el seguimiento del descenso de peso a largo plazo, ya que sólo 115 pacientes alcanzaron dos años de la operación y 58 los tres años. Este procedimiento debería formar parte del arsenal del cirujano bariátrico y ofrecida a los pacientes como alternativa bariátrica primaria.

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